El 22,9% de la basura del contenedor amarillo y el 2% del contenedor verde
no debería estar ahí: perchas, cintas de video o ropa en el contenedor
amarillo, vasos de cristal o medicamentos en el contenedor verde. Los residuos impropios perjudican el sistema de recogida y reciclaje, y con ello el medio ambiente, la economía y la salud.
Los residuos depositados de forma equivocada en el contenedor de reciclaje se denominan impropios. su la buena voluntad de los consumidores que quieren reciclar pero no lo hacen bien, según Ecoembes, la sociedad que gestiona la recuperación y reciclaje de los residuos del contenedor amarillo y azul.
Durante 2010, los contenedores amarillos, pensados para los envases ligeros (de plástico, latas y briks), albergaron un 22,9% de impropios.
Los consumidores aciertan más con los contenedores verdes, destinados a los envases de vidrio: solo el 2% de los residuos que reciben son impropios, según Ecovidrio, la sociedad encargada de gestionar los residuos de vidrio para su reciclaje.
Los principales residuos impropios del contenedor amarillo
son perchas, juguetes, pequeños electrodomésticos, ropa, CD, cintas de
video o audio, pañales o envases de otros materiales como cartón (cajas)
o vidrio (tarros y botellas).
En el caso del contenedor verde, los principales impropios son los tapones, cerámica, porcelana, vasos y copas de cristal y envases de medicamentos.
Con estos consejos básicos se puede lograr un reciclaje correcto y evitar así los impropios:
El contenedor amarillo es para envases de plástico, latas y briks, y el contenedor azul para envases de cartón y papel.
La mayoría de malentendidos se produce al ver el contenedor amarillo
como "el de los envases", de manera que recibe envases de materiales muy
diversos, o "el del plástico", y por ello se deposita cualquier
producto plástico que entre en el contenedor.
El contenedor verde sirve para depositar envases de vidrio.
Entre los errores más frecuentes, echarlo junto a los tapones de
plástico, que deben ir al contenedor amarillo. Otro error típico es
confundir materiales: aunque sean vasos, botellas o copas, no deben ir a
este contenedor si son de cerámica, porcelana o cristal, sino a los puntos limpios. Los envases de medicamento, aunque sean de vidrio, van al contenedor propio de las farmacias.
La
presencia de residuos inadecuados entorpece la labor de las plantas de
selección y clasificación. Se sobrecarga de trabajo a los operarios y
las máquinas se pueden parar o hasta estropear. El resultado: más
posibilidades de avería, más ineficacia y peores resultados de
reciclaje. Además, los residuos impropios pueden acabar en los vertederos.
Las cintas de video o la ropa son algunos de los
impropios más temidos, porque pueden atascar las máquinas. Elementos
metálicos como sartenes, ollas u otros útiles de cocina pueden ser peligrosos. La distinta composición del cristal, cerámica o porcelana impide la creación de nuevos envases de vidrio.