El alcalde Lucas Bravo de Laguna quiso comprar el silencio de un periodista antes del 27 M a costa de las arcas municipales
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El alcalde de Santa Brígida estaba muy nervioso cuando finalizaba el anterior mandato. La caída de Vega, la llegada de Antonio Díaz, el cerco de Ramírez, Bosch y Casas y tantas y tantas cosas, dentro y fuera de los juzgados le hacían complicado el nuevo escenario que se iba a plantear de cara a las elecciones municipales. Y una cosa que le ponía extraordinariamente intranquilo era un medio de comunicación y un periodista, que día sí y día no, sacaba informaciones truculentas y erosionaba su imagen ante un electorado conservador y tradicional.Los reportajes que el periodista grancanario José Eugenio de Armas Martínez estaba haciendo en el Independiente de Canarias no solamente anunciaron el huracán final que dio lugar a la operación Brisán, sino que estaban haciendo mella en el PP satauteño, que no levantaba cabeza ante tanta información, extraída de los juzgados, de dentro del Ayuntamiento y que revelaba un profundo conocimiento que el ex concejal de Vías y Obras no podía tolerar. La serie que publicó en el diario en su edición de papel, El Independiente de Canarias, iba a tener consecuencias inesperadas.El episodio comienza el pasado 11 de agosto de 2006. El periodista recibe una llamada en su teléfono móvil en el que le dicen que el segundo teniente alcalde y concejal de Vías y Obras del Ayuntamiento de Santa Brígida, Lucas Bravo de Laguna y Cabrera, estaba interesado en hablar con él y que cabía la posibilidad que por sus colaboraciones en cierto y determinado medio informativo pudiera conseguir una importante suma de dinero a cambio de suavizar la línea de sus comentarios sobre el PP, además de contar con este periodista en la campaña electoral que se avecinaba.Tras pensárselo varios días y sopesando las palabras de este mediador el periodista llamó directamente a Lucas Bravo de Laguna, que en esos momentos estaba de vacaciones en el Sur de Gran Canaria y mantuvieron el siguiente diálogo:
Periodista: “¿Qué paso, que me dijeron que te llamara, qué querías hablar conmigo?
Lucas Bravo: Bueno, me imagino que él te habrá comentado cúal es mi idea.
P: Más o menos me dijo algo por encima, pero a mí me gustaría que me dijeras exactamente que quieres tu de mí como profesional de la información
L: Mira la semana que viene estoy en Santa Brígida. Llámame el lunes y quedamos para vernos. ¿Te parece?. Creo que estos temas no se deberían tocar por teléfono
P: Pues vale. Yo te llamo el lunes y nos ponemos de acuerdo
L: Vale, pues quedamos así.
El lunes era 21 de agosto, pero el periodista no lo llamó ese día, sino el siguiente. Quedan el día de San Juan, 24 de agosto en el restaurante Bentayga a las nueve de la mañana. Lo primero que le dijo al periodista el teniente alcalde fue lo siguiente:L: ¿No tendrás grabadora?
P: No, estate tranquilo. De todos modos no creo que vayamos a hablar de nada delictivo ni cosa parecida
L: Pero por si acaso
Y estaba en lo cierto el político. El periodista llevaba una grabadora, porque ya se imaginaba lo que iba a pasar y quería tener pruebas sobre la conducta y actitud de Lucas Bravo de Laguna, que no estaba pasando que digamos, uno de sus mejores momentos. Y esa grabación se hizo, tal como ha podido comprobar este periódico digital.
P: Vamos a ver, pero exactamente que quieres tu de mi como periodista
L: Yo quiero colaboración y ganar las próximas elecciones y para eso me hace falta tu colaboración
P: Vamos al grano porque no te entiendo
L: Pues mira tu colaboras en la radio todos los días o casi todos los días y lo que quiero es ganar las elecciones en Santa Brígida. Quiero colaboración y no leña innecesaria. Me entiendes la idea.
P: Perdona, pero sigo sin entenderte
L: Eugenio tu hasta hace poco tenías una línea de trabajo crítica más o menos moderada. De un tiempo a esta parte has cambiado…colaboras con un medio como El Independiente de Canarias que es anti PP
P: Bien y que quieres decirme con eso
L: Que si esto tiene vías de solucionarse
P: Sigo sin entender a donde quieres llegar
L: Yo si tu me dices que vas a seguir con Juan Carlos Suárez de Tangil de El Independiente de Canarias, pues chico tan amigos como siempre y nada más, yo no puedo buscar colaboración con nadie que este con el enemigo. Suárez de Tangil es enemigo del PP, bajo cualquier circunstancia, a él le da igual que una cosa sea verdad o mentira, no estemos con historias.
P: Creo que te estás equivocando y no te permito que digas eso, ya que creo que los reportajes que hemos publicado en El Independiente de Canarias son verdades como templos y además los ilustramos con documentos y pruebas irrefutables.
L: Vale, tienes razón. Yo no digo que lo que tu hayas escrito sea mentira, pero los titulares, las fotos. Son muy sensacionalistas
P: Sigo sin estar de acuerdo con tus afirmaciones, pero vamos al grano de una vez
L: Lo que yo hable fue de hacerlo a través de un tercero, en concepto de publicidad y que ese tercero lo facturará al Ayuntamiento, con lo cual quien te paga a ti a todos los efectos es ese tercero. Esa sería una de las posibilidades.
P: Vale ya tenemos el conducto o la formula, pero no hemos hablado de la cantidad
L: Podríamos llegar a 200-250 euros máximo de momento. Luego ya veríamos
P: Tu no crees que eso es una miseriaL. Vuelvo y te repito que sería para empezar, luego ya hablaríamos
P: Creo Lucas que estás despreciando mi trabajo y mi prestigio logrado tras muchos años de profesión para que ahora intentes comprar y comprometer mi libertad informativa con esa pírrica limosna. Ya de antemano te digo que no vamos a llegar a ningún acuerdo, primero que nada porque no me presto a este juego.
L: No te pido que me contestes hoy, piénsatelo y mañana o pasado hablamos, ten en cuenta que si salgo alcalde podrías llevar incluso el gabinete de Prensa del Ayuntamiento.
Y ahí acabó todo hasta el día de hoy. Pero la cinta recorrió otro camino. Llegó a manos del Equipo contra el Crimen Organizado de la Guardia Civil que llevaba y lleva el caso Brisán. Se hizo una trascripción y se llevó al juzgado, formando parte del sumario. Ahora solamente cabe saber que piensa el juez de toda esta escena que en el pasado verano certificó hasta donde puede llegar un político para conseguir la alcaldía de un pueblo. Una conversación que no es la primera ni la última.